
El Dar sin Exigir
Observa a cualquier A.A. con seis meses de sobriedad mientras hace el
trabajo de Paso Doce con un posible miembro. si el recién llegado le
dice, "¡Vete al diablo!", sencillamente sonríe y se va a buscar a otro
alcohólico a quien ayudar. No se siente frustrado ni rechazado. si el
siguiente borracho responde favorablemente y, a su vez, empieza a
darle amor y atenciones a otros que sufren, sin devolverle nada a él,
el padrino, no obstante, está contento. Aun en este caso no se siente
rechazado; se alegra de que su antiguo candidato esté sobrio y feliz.
Y se da perfecta cuenta de que su propia vida se ha enriquecido, como
dividendo por haber dado a otra persona sin exigirle nada a cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario