ABANDONAR LA OBSTINACIÓN
Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de
Dios, como nosotros lo concebimos.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 37
Por deseoso que se esté de hacerlo, ¿exactamente cómo puede uno poner
su voluntad y su vida al cuidado del Dios que crea existir? En mi
búsqueda de la respuesta a esta pregunta, llegué a apreciar la
sabiduría con la que el Paso fue escrito: es un Paso de dos partes.
Podía ver que en mis días de bebedor había muchas ocasiones en que
debería haber muerto o, al menos, debería haber sido herido; pero esto
nunca sucedió. Alguien, o algo, me estaba cuidando. He decidido creer
que mi vida siempre ha estado bajo el cuidado de Dios. Sólo El dispone
el tiempo que se me concederá hasta la muerte física.
El asunto de la voluntad (la voluntad de Dios o la mía) es la parte
del Paso que es más difícil para mí. Solamente cuando he experimentado
suficientes dolores emocionales, por medio del fracaso de mis intentos
de repararme a mí mismo, puedo llegar a estar listo a someterme a lo
que Dios tiene dispuesto para mí. La sumisión, la entrega, es como la
calma después de la tormenta. Cuando mi voluntad está conforme con la
voluntad de Dios, hay paz interior.
Rondando la recaída
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Como en la adicción, en la *coadicción* la recaída siempre es un riesgo. Y
creedme, es una experiencia desagradable, porque pone en evidencia tu
recupera...
Hace 9 años
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