EL PLAN DE UN DÍA
Al despertar pensemos en las veinticuatro horas que tenemos por
delante. Consideremos nuestros planes para el día. Antes de empezar,
le pedimos a Dios que dirija nuestro pensamiento, pidiendo
especialmente que esté disociado de motivos de autoconmiseración,
falta de honradez y de egoísmo.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 80
Todos los días le pido a Dios que encienda en mí el fuego de su amor,
para que ese amor brillante y claro, ilumine mi pensamiento y me
permita cumplir mejor con Su voluntad. Durante todo el día, según dejo
que las circunstancias interiores me desanimen, le pido a Dios que
grabe en mi mente la conciencia de que puedo volver a empezar el día
cuando desee; cien veces si es necesario.
Y... ¿dónde estoy yo?
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FreepikLos que estamos aquí, al otro lado de la adicción, nos pasamos el
tiempo tratando de buscar explicaciones a lo que está pasando en casa,
encontrar ...
Hace 7 años
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