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Contando lo Peor
Mi tema principal, aunque sobre éste tocaba multitud de variaciones, siempre era: "¡Qué atroz soy!" Al igual que a menudo exageraba, por soberbia, mis pequeños logros así, por la culpa, exageraba mis defectos. Corría pro todas partes confesándolo todo (y mucho más) a quienquiera que me escuchara. Y, si lo puedes creer, tomaba este descubrimiento general de mis pecados por gran humildad, y lo consideraba como una gran ventaja y consuelo espiritual
Más tarde, me di cuenta profundamente de que no estaba verdaderamente arrepentido de los graves daños que había causado a otras personas. Estos episodios no eran más que oportunidades de contar cuentos y de exhibicionismo. Con esta conciencia vinieron las primeras semillas de un cierto grado de humildad.
GRAPEVINE, Junio de 1961
Rondando la recaída
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Como en la adicción, en la *coadicción* la recaída siempre es un riesgo. Y
creedme, es una experiencia desagradable, porque pone en evidencia tu
recupera...
Hace 9 años
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