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Un Gran Comienzo
Aun el más nuevo de los recién llegados encuentra recompensas inimaginables cuando trata de ayudar a su hermano alcohólico, que está todavía más ciego que él. Esta es en verdad la clase de dádiva que no exige nada. No espera que su hermano que sufre lo pague, o siquiera que lo ame.
Y entonces descubre que por la divina paradoja de esta forma de dar ha encontrado su propia recompensa, ya sea que su hermano haya o no recibido algo todavía. Su propio carácter puede ser todavía gravemente defectuoso, pero por alguna razón sabe que Dios le ha hecho posible lograr un comienzo extraordinario, y siente que se encuentra al borde de nuevos misterios, alegrías y experiencias con los cuales nunca había siquiera soñado.
DOCE Y DOCE, pág. 116
Y... ¿dónde estoy yo?
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FreepikLos que estamos aquí, al otro lado de la adicción, nos pasamos el
tiempo tratando de buscar explicaciones a lo que está pasando en casa,
encontrar ...
Hace 7 años
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