Tal como lo ve Bill No. 128

De Vuelta al Trabajo


Nos es posible valernos de la presunta deshonestidad de otra gente
como un plausible pretexto para no cumplir con nuestras propias
obligaciones.


En una ocasión, algunos amigos con prejuicios me exhortaron para que
nunca volviera a trabajar en Wall Street. Estaban convencidos de que
el desenfrenado materialismo y las dobleces que hay allí impedían mi
desarrollo espiritual. Ya que esto me parecía una expresión de
sentimientos muy elevados, yo seguía manteniéndome alejado del único
trabajo que realmente conocía.


Finalmente, al ver a mi familia en quiebra, me di cuenta de que no
había podido afrontar la perspectiva de volver a trabajar. Así que
volví a trabajar en Wall Street, decisión que, desde aquel entonces,
siempre me ha parecido acertada. Tenía que redescubrir que existe
mucha gente honesta en el distrito financiero de Nueva York. Y además,
necesitaba la experiencia de mantenerme sobrio en el mismo ambiente en
que el alcohol me había arruinado.
Un viaje de negocios a Akron, Ohio, emprendido en nombre de una firma
de Wall Street, me puso por primera vez en contacto con el Dr. Bob.
Entonces, el nacimiento de A.A. dependió de mis esfuerzos para cumplir
con mis responsabilidades domésticas básicas.
GRAPEVINE, Agosto de 1961