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martes, 16 de noviembre de 2010

IN MEMORIAM DR. BOB

Fragmento del libro 'Alcoholicos Anónimos Llega a su Mayoria de Edad'
paginas 15 a 17.

... A pesar de que Anne había fallecido recientemente, el Dr. Bob pudo
estar con nosotros. En un rasgo acorde con su personalidad, la Hermana
Ignacia no permitió que su nombre apareciera en la inscripción.
El 8 de Abril de 1949, un sábado por la tarde, descubrimos y
entregamos al hospital la placa conmemorativa. Su inscripción reza
asi:


EN GRATITUD


LOS AMIGOS DEL DR. BOB Y ANNE S.
DEDICAN AFECTUOSAMENTE ESTE HOMENAJE
A LAS HERMANAS Y AL PERSONAL DIRECTIVO
DEL HOSPITAL SANTO TOMAS.


EN AKRON, LUGAR DE NACIMIENTO DE ALCOHOLICOS
ANONIMOS. EL HOSPITAL SANTO TOMAS SE CONVIRTIO
EN LA PRIMERA INSTITUCION RELIGIOSA
QUE ABRIERA SUS PUERTAS A NUESTRA SOCIEDAD.
QUE LA AMOROSA DEDICACION DE QUIENES
TRABAJARON AQUI EN NUESTROS COMIENZOS
CONSTITUYA UN EJEMPLO LUMINOSO Y ESTIMULANTE
DE LA GRACIA DE DIOS, COLOCADO ANTE NOSOTROS
PERPETUAMENTE.


Todos recordamos la famosa admonición final del Dr. Bob a
Alcohólicos Anónimos: "No permitamos que esto se deteriore;
mantengamoslo simple." Y yo recuerdo mi propio tributo a su gran
simplicidad y fortaleza en el A.A Grapevine...


Después de comentar tranquilamente a su enfermero "creo que
éste ya es el fin", el Dr. Bob se alejó para siempre de nuestra vista,
al mediodía del 16 de Noviembre de 1950. Así terminó la enfermedad
bajo cuya tortura nos había mostrado el Dr. Bob las alturas que puede
alcanzar la fe sobre cualquier penoso padecimiento. Tal como había
vivido, así murió, convencido firmemente de que en la casa de su
Padre hay muchas mansiones.


En todos sus amigos personales, su recuerdo estaba siempre
presente. Pero ¿quién podría expresar realmemnte los sentimientos y
pensamientos de los cinco mil pacientes a quienes él personalmente
trató y a quienes dió gratuitamente atenciones médicas? ¿Quién podría
registrar las reflexiones de sus conciudadanos que lo habían visto
hundirse casi hasta el fondo, para luego levantarse hacia un renombre
anónimo mundial? ¿Quén podría expresar la gratitud de aquellas decenas
de miles de familias A.A. que tan frecuentemente habían oído hablar de
él pero que nunca le habían visto cara a cara? ¿Cuáles fueron las
emociones de sus más cercanos allegados cuando, en forma agradecida,
ponderaban el misterio de su regeneración quince años atrás, y todas
las vastas consecuencias que se habían originado desde entonces? Sólo
podría comprenderse la más mínima fracción de esta gran bendición. Sólo
podríamos afirmar :"En verdad que Dios ha hecho maravillas".


Nunca quiso el Dr. Bob que lo considerásemos como santo o un
superhombre. Ni le hubiera gustado que lo alabásemos o que lloráramos
su fallecimiento. Casi nos parece oirlo cuando nos decía: "Me parece
que ustedes están despistados respecto a mí. Yo no debo ser tenido
en cuenta en la forma tan seria como ustedes lo hacen. Yo sólo fui
el primer eslabón en aquella cadena de circunstancias providenciales
que hoy llamamos A.A. Por la Gracia de Dios y por buena suerte mi eslabón
no se rompió, apesar de que mis defectos y fallas hubieran podido fácilmente
hacerlo llegar a ese infeliz resultado. Yo sólo fui otro alcohólico
tratando de seguir adelante, bajo la Gracia de Dios. Olvídense de mí;
sigan ustedes adelante y traten de hacer otro tanto. Añadan un eslabón
más a nuestra cadena y, con la ayuda de Dios, hagan que esa cadena sea forjada
en forma fuerte y verdadera". De esta manera, aunque no con estas palabras
exactas, se estimaba a sí mismo y nos aconsejaba.


En una reunión celebrada pocos meses después de la muerte del Dr. Bob, la
primera Conferencia de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, aprobó en
1951 presentar a los dos herederos del Dr. Bob, sus hijos Bob y Sue, un
pergamino que decía:


IN MEMORIAM
DR. BOB


Alcohólicos Anónimos expresa su gratitud imperecedera por la
vida y obras de su co-fundador, el Dr. Robert Holbrook S.
Conocido afectuosamente como "el Dr. Bob", se recuperó del
alcoholismo el 10 de junio de 1935; en aquel año ayudo a formar el primer
grupo de A.A.; esta luz encendida por él y por su esposa Anne ha
atravesado el mundo entero. El día de su partida final, el 16 de
noviembre de 1950, eran incontables los compañeros de aflicción a quienes
él había ayudado espiritual y científicamente.

Suyas eran la humildad que declina todo honor, la integridad
que no admite componendas; suya era la devoción al hombre
y a Dios que con brillante ejemplo alumbrará por siempre.

La comunidad Mundial de Alcohólicos Anónimos presenta este
testamento de gratitud a los herederos del Dr. Bob y Anne S.

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