Atmósfera de la Gracia
Aquellos de nosotros que hemos llegado a utilizar regularmente la
oración no podríamos prescindir de ella, así como no rechazaríamos el
aire, el alimento, o la luz del sol. Y por la misma razón. Cuando
rechazamos el aire, o la luz, o el alimento, el cuerpo sufre. Y cuando
nos alejamos de la meditación y la oración, del mismo modo privamos a
nuestras mentes, emociones e intuiciones de un apoyo fundamental y
necesario.
Así como el cuerpo puede fallar en sus funciones por falta de
alimento, así también puede fallar el alma. Todos necesitamos la luz
de la realidad de Dios, el alimento de Su fortaleza y la atmósfera de
Su gracia. Los hechos de la vida de A.A. confirman esta verdad eterna
de una manera asombrosa.
DOCE Y DOCE, pág. 104
Rondando la recaída
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Como en la adicción, en la *coadicción* la recaída siempre es un riesgo. Y
creedme, es una experiencia desagradable, porque pone en evidencia tu
recupera...
Hace 9 años
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