Orar por los Demás
Aunque oremos con sinceridad, podemos caer no obstante en la
tentación. Nos creamos ideas en cuanto a lo que podría ser la voluntad
de Dios para con otras personas. Nos decimos, "Este debiera ser curado
de su fatal enfermedad . . ." o "Este debiera ser aliviado de su dolor
emocional . . ." y oramos por esas cosas específicas.
Tales oraciones, por supuesto son actos fundamentales buenos, pero a
menudo están basados en la suposición de que conocemos la voluntad de
Dios para la persona por la cual oramos. Esto significa que
paralelamente a una sincera oración puede haber una cierta cantidad de
presunción y vanidad en nosotros.
La experiencia de A.A. nos indica que, en tales casos, debiéramos orar
para que se haga la voluntad de Dios, cualquiera que sea, para los
demás así como para nosotros.
DOCE Y DOCE, pág. 110
Rondando la recaída
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Como en la adicción, en la *coadicción* la recaída siempre es un riesgo. Y
creedme, es una experiencia desagradable, porque pone en evidencia tu
recupera...
Hace 9 años
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