8 de MAYO
DOCE PASOS Y DOCE
TRADICIONES, p. 59
UN LUGAR DE DESCANSO
Todos los Doce Pasos de
A.A. nos piden actuar en forma contraria a nuestros deseos naturales . . .
todos ellos desinflan nuestro ego. Cuando se trata de desinflar el ego, pocos
Pasos son más difíciles de practicar que el Paso Cinco. Pero ningún otro Paso
es más necesario para la sobriedad y la paz mental duraderas.
Después de poner por
escrito mis defectos de carácter, no tenía deseos de hablar sobre ellos, y
decidí que era hora de dejar de llevar esta carga solo. Tenía que confesar esos
defectos a alguien más. Yo había leído - y se me había dicho - que no podría
mantenerme sobrio a menos que lo hiciera.
El Paso Cinco me daba un
sentimiento de pertenecer, con humildad y serenidad cuando lo practicaba en mi
diario vivir. Fue importante admitir mis defectos de carácter en el orden que
se presentan en el Paso Cinco: "ante Dios, antes nosotros mismos y ante
otro ser humano". Admitirlo ante Dios prepara el terreno para la admisión
ante mí mismo y ante otra persona. Como lo describe la práctica del Paso, una sensación
de unidad con Dios y con mi prójimo me llevó a un lugar de descanso en donde me
podía preparar para los otros Pasos hacia una sobriedad completa y llena de
significado.
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